domingo, 5 de agosto de 2007

* Una revolución de cartón

A los que siguen el tema histórico con interés –y me gustaría recordar que no hablamos del otro equipo de la ciudad sino de aquellas cosas que dicen allí en referencia al Sevilla FC- decirles que hay un dato que casi siempre pasa inadvertido, un dato que, aunque pequeño, puede tirar por el suelo toda una teoría empuñada por el bando verdiblanco que les reafirma, (o al menos lo pretenden), en aquello que les hace buenos sobre malo y blancos sobre negro.

Cuántas veces hemos tenido que oír la historia del obrero. Cuántas soportar que se escindieron porque ellos eran los defensores de los proletarios, cuántas diciendo que nuestro club era el club de los “señoritos” y de la oligarquía, cuántas posicionándose a un lado en una supuesta lucha de clases cuando aquí solo hubo “dos Sevillas” futboleras a partes iguales, (siendo generosos), en la que una de ellas se empeñó en enarbolar una revolución de cartón-piedra.

En las dos hubo obreros, en las dos señoritos andaluces, en las dos componentes de la nobleza, en las dos artistas, en las dos los representantes más recalcitrantes de la burguesía, en las dos caciques, en las dos representantes del fascismo, en las dos militares de altísima graduación de la dictadura…

La historia oficial verdiblanca dice que el Betis FC se escindió del Sevilla FC por el motivo antes reseñado. Nunca dieron el nombre del obrero, nunca pudieron demostrarlo. En 1909, (año de la supuesta escisión), el Sevilla FC promovió y facilitó que un obrero llamado Manuel Pérez pudiese jugar al futbol. Se le propuso que se alojase en las mismísimas instalaciones de su Estadio, el de “La Victoria”, a cambio. Este dato lo sabemos porque fue el padre de Manolito Pérez masajista del Sevilla FC durante muchísimos años y abuelo del actual fisioterapeuta Domingo Pérez.

Pero eso no fue todo. No fue el único obrero. También lo hicieron Peizoto, trabajador de la pirotecnia, (que maravillosa casualidad), al que se le dieron facilidades también y Martin Toledo que era mecánico y chofer del prestigioso médico sevillano Artemán.

Por lo tanto y a mi entender, este dato es demoledor en cuanto a que se demuestra que aquella intencionalidad de hacer creer que el Sevilla FC fue un equipo clasista y anti obrero, (siempre dicho desde el bando verderón), se cae por su propio peso y saca de nuevo a la luz lo que es una mentira más.

Aquí la única verdad tangible, demostrable y casi tocable es que 4 ó 5 años después hay un equipo que consigue el título de “Real”, (la antítesis de la defensa a ultranza del proletariado), cosa que es muy posible no se consiga de un día para otro, sino que probablemente, tras algunos años de gestiones y “amistades”, cuestión ésta que es la que marca verdaderamente las tendencias, tanto de un club como de otro.

Yo comprendo que muchas personas sean seguidoras de su club por determinadas razones. Hay mucha gente que lo es por lo que le contaron. Es muy posible que lo que le contaran fuese mentira y si no lo es, exíjanle a su club que se lo demuestre.

No reinventen más la historia. Exijan de una vez que se investigue la historia de su club y en la que aparezca, si es necesario, el Sevilla FC pero en su verdadera dimensión.

"... en este club tendrán cabida todas las personas sin diferencias de clase, políticas o religiosas..." José Luis Gallegos, (Presidente del Sevilla FC en 1905).

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