* Pepote, la cagaste

Un día, hace ya algún tiempo, mi amiga Patricia Sánchez me dijo “…Carlos, ¿tú has visto a una sevillista más jartible que yo?...”

Es verdad que es “mu jartible”, pero de las buenas, de las que viven el Sevilla FC profundamente. De las que acompañan al equipo en el extranjero allá a donde va a animarlo, para que el equipo “never walk alone” donde esté, que yo creo que ni el “Liverpúl”. De las que lo viven y de las que lo empujan con el espíritu para que gane. A mí me da una envidia…

Yo creo que mi amiga Patricia y muchos sevillistas que conozco que lo viven muy intensamente y con toda la ilusión del mundo, no se merecen las cosas que dicen algunos personajes de esta ciudad cuando se refieren a nosotros. Yo pienso en esos sevillistas cuando escribo y me duele que les pongan calificativos generalizando, aprovechándose de su situación y poder de convocatoria.

Son personajes que no les vienen nada bien los tiempos de Paz. Les viene bien tener a la gente revuelta, picada, enfrentada... por eso de lo de la ganancia de pescadores.

Cuando Emilio Carrillo habla de datos ”demoscópicos” , (ya saben, de esos que cuando hay elecciones no dan ni una) y dice interesadamente, con objeto de crispar al personal, que en Sevilla hay más béticos que sevillistas precisamente en estos momentos, que quieren que les diga… Y si pone en un panfleto propagandístico que habla del Betis el marcador del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, que quieren que les diga… que necesita hablar del Sevilla FC para vender su libro. Así de fácil. Aquí no hay más leña que la que se corta.

Y si Pepote de la Borbolla cuando cuenta la anécdota de su tío cuando les dice que se alegra que en su familia no haya RATEROS Y SEVILLISTAS, decirles también que sus miras crispando tiene, apuntando a la futurible presidencia del Betis.

En una ocasión, en un escrito de eldesmarque.com un señor preguntaba sobre qué era aquello de “sevillanía” que esa palabra no aparecía en el diccionario. No sé decirles exactamente ahora quién fue, pero yo creo que aquí tenemos el ejemplo para explicárselo.

Significa poner un capote, desde lejos, que le entren estos dos señores escarbando en la tierra y darles un pase de pecho y otro al natural sin decir absolutamente nada. Con estilo y señorío. Que conste que estoy en contra de los toros, pero es que estas lides no me resisto a torearlas y sobre todo cuando la calidad de los morlacos y el género lo merecen.

¿Comprenden ahora por qué razón decía yo que si del Nido no asistía a la recepción bética del centenario, éste sería un error histórico mayúsculo? Hizo bien, señor del Nido, para dar una lección de sevillanía a estos señores y a los que piensan como ellos, solo y exclusivamente.

Mientras usted estuvo allí representando dignamente a su club y dando ejemplo a la ciudadanía, porque además la afición llana y sencilla bética se lo merecía, ellos se retorcían sin poder soportarlo lanzando espumarajos por la boca.

Irremisiblemente verdes.