lunes, 28 de enero de 2008

* El campo de batalla

Las grandes guerras, así como las pequeñas batallas, incluso las guerras de guerrillas se nos cuentan a través de la historia. Lo curioso y extravagante del asunto es cuando la historia en sí misma se convierte en el campo de batalla.

Esto es lo que está ocurriendo, a mi modesto entender, en esta gran ciudad y provinciana la vez, presentando mis excusas a quien pudiese molestar esta apreciación, pero tengo un par de razones para sospecharlo.

Pasadas las celebraciones de los centenarios de los clubes sevillanos, llega quizá el momento de la reflexión y hacer balance de las conclusiones históricas sobre las que se investigó y sobre las que corrieron ríos de tinta, sobre todo en los bajos fondos, con sus inherentes puñaladas traperas, como no podrían ser menos.

Muchas guerras se iniciaron a causa de un conflicto de intereses. Muchas batallas partieron en el terreno de la igualdad de medios y en otras, generalmente en las guerras de la actualidad, unos atacan y otros intentan defenderse como pueden.

En los inicios de esta guerra, recuerdo a un historiador bético presentarse sin el menor pudor en un programa de televisión local para hablar de la historia del Sevilla FC. Tuvo la magnífica oportunidad de hablar, promocionar y potenciar la historia de su club, pero lo hizo para cuestionar la del club del eterno rival. Ese hecho le encasilló en un estilo muy concreto para la posteridad. Ningún historiador sevillista, aún con la invitación para hacerlo, acudió a lo que pudo ser el espectáculo de la vergüenza, siendo caballerosos hasta en tamaño despropósito.

¿Qué necesidad tenía este bético escritor de pasodobles loperianos de hacerlo? ¿Qué oscuras razones ocuparon su intelecto para tomar esa decisión? ¿Por qué iniciar una despiadada batalla frontal en este terreno que ocupa tantos sentimientos entre los aficionados?

El Sevilla FC ha contado siempre SU historia. Sus historiadores podrían estar más, menos o nada equivocados en sus planteamientos, pero en todas sus publicaciones oficiales hablan de SU historia.

Siempre me dolió oír al otro equipo de la ciudad contar la suya con un “deje” de acomplejamiento, apoyándose en las supuestas maldades de nuestro club. Todos recordaremos cómo hacen de este tema una fábrica de beticismo, aliándose y conjurándose cual cruzados ante la lucha contra el mal encarnado en el club sevillista.

¿Quién no sabe la historia del cisma sevillista del que surgió el Betis, porque los sevillistas no dejaron jugar un obrero en un alarde de señoritismo y caciquismo?

¿Quién no oyó hablar del famoso partido contra los infantiles béticos a los que los sevillistas ganaron por 22-0, porque no dejaron salir desde la supuesta “capitanía general sevillista” a dos jugadores soldados béticos que hacían el servicio militar?

¿Quién no sabe que el equipo de los militares y del fascismo fue siempre el Sevilla FC?

¿Cómo no se dieron cuenta de que el Sevilla “prestaba” a sus jugadores en los años 50 a otros equipos rivales para hundir al Betis?

¡¡¡Levantemos nuestro beticismo- dirían verderones mil- y derrotemos al opresor. Enarbolemos la bandera de los pobres y derrotemos a los ricos y caciques que visten de blanco!!!

Mentiras, mentiras y más mentiras. Peor diría yo: contar una verdad a medias es contar la mayor mentira de la historia. Omitir datos para salir beneficiado en este juego, es ganar una batalla para terminar perdiendo vergonzosamente la guerra.

Mil y una veces demostramos aquí precisamente que el obrero, (con foto, nombre y apellidos), siempre fue sevillista y que el Betis nunca se escindió del Sevilla FC.

¿Qué hubiese ocurrido si se demostrase que el Betis FC era el rival y “enemigo” de aquel con el que terminó fusionándose en 1914? ¿Qué hubiese ocurrido si la historia del 22-0 fuese una patraña y no se hubiesen contado todos los datos y los hechos reales?

¿Qué hubiese ocurrido si se conociese que los equipos infantiles fueron otros?

Ya vimos en otras ocasiones cómo el equipo de los militares no fue el Sevilla FC precisamente.

Son muchos los que nos tachan por ello de “revisionistas de la historia”, pero los que nos acusan son aquellos que precisamente siguen contándola como les conviene.

A día de hoy, afortunadamente, soy libre de pensamiento porque soy un aficionado más del mejor equipo del mundo y expreso con responsabilidad lo que me da la gana.

¿Podrán demostrase estas incógnitas en el futuro más próximo?

Sean ustedes optimistas, señores de blanco y rojo, porque todo podría ocurrir.


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   3 comentarios :

  1. Pss, Psss, que viene que viene...

    Coñ..........con la intriga.

    CASTA Y CORAJE
    16

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  2. Buffff...

    Como vamos a disfrutar....

    Gracias Carlos!

    Tántalo

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  3. lo del 22-0 fue mentira? ESO ES FALTAR A LA VERDAD,ESO SI QUE ES MANIPULAR

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