* EL PRESTIDIGITADOR
NADA POR AQUÍ, NADA POR ALLÁ...
Cual mago en los mejores tiempos de la magia, nos encontramos a algún interesante personaje que habla de esto de la historia, como no, desde la óptica bética más victimista y recalcitrante. Como no podía ser de otra manera, omitiendo datos, o dando un “pequeño” sentido distinto a las palabras para que no parezcan lo que son.
Abrakadabra.
Les presento a un tal "Discóbolo", (este no es Gil Gómez Bajuelo, aunque no tiene nada que envidiarle) y un documento publicado en internet, que titula “Los pilares de la tierra” referido a los estadios béticos. En concreto leemos un apartado que lo dedica al estadio de la Exposición, hoy remodelado y llamado Manuel Ruiz de Lopera:
(...)Viajamos ahora a 1936. Un año después de proclamarse Campeón de Liga, el Betis Balompié se ve inmerso no solo en una brutal crisis económica que se salvará gracias a la implicación del beticismo, sino además en la obligación de marcharse del Patronato. Una situación que confluye con el interés del Ayuntamiento Hispalense en la marcha del club verdiblanco al infrautilizado Estadio de la Exposición. Como consecuencia, el 16 de Julio de 1936 los máximos mandatarios municipales y del club proceden a la firma del contrato de arrendamiento del recinto heliopolitano.
Dos días más tarde se escribirá otro de los capítulos de la singular historia bética: en el ABC de Sevilla, página de deportes, un anuncio detalla los precios de los abonos en el nuevo Estadio y la forma de adquirirlos. Ese mismo día, el inicio de la Guerra Civil se lleva por delante la Secretaría del Real Betis Balompié, situada en la esquina de la calle Bilbao: un proyectil dirigido al Gobierno Civil destroza su fachada, puerta y ventanas. Un hecho que no será más que el preludio del desmantelamiento institucional, social y deportivo que sufrirá el club.
Durante tres años, el Betis Balompié sobrevive prácticamente sin jugadores, sin Secretaría... y sin terreno de juego. El Patronato ya había sido levantado y su Estadio de la Exposición es destinado a “necesidades de la guerra”. Convertido en cuartel general del CTV (Corpo di Truppe Volontarie, los “camisas negras” de Mussolini) el terreno de juego se llena de tanques y carros blindados, la pared del gol norte se derriba por completo y en el centro del terreno se levanta un paredón que es utilizado como picadero. Habrá que esperar al 14 de Marzo de 1939 para asistir a la “reapertura del magnífico Estadio de Heliópolis”, saldada con una victoria ante el eterno rival(...)
Cualquiera que lo lea hasta puede hasta llegar a creérselo ¿verdad? De hecho hay mucha gente que se cree esto a pies juntillas y con una fe fuera de lugar. Atención, gran momento de prestidigitación:
Curiosa la versión de la crisis económica justo antes de la guerra, (este detalle lo omite y parece que es la guerra la culpable de los males verdiblancos), donde nos habla de: “salvación gracias a la implicación del beticismo”, cuestión esta que choca frontalmente con lo que expusimos en el anterior post, donde Félix Martialay nos habla de la “huída” de más de la mitad de los socios béticos cuando se les pide arrimar el hombro para salvar a su club con una cuota extra. Curioso ¿verdad?
Otro detalle que parece que se le “olvida” al nuevo Discóbolo, es el de la referencia al contrato de arrendamiento del estadio. Hombre!, dicho así hasta puede parecer que se lo alquilaron, pero presten atención a este otro vocablo:
Cesión
(Del lat. cessĭo, -ōnis).
1. f. Renuncia de algo, posesión, acción o derecho, que alguien hace a favor de otra persona.
Veamos que dicen Martialay y Salazar sobre esto en su libro “Las grandes mentiras del fútbol español”:
(...)Hay pues que considerar que las modalidades de "la cesión" fueron algunas de las dos primeras. Si no, se hubieran empleado las palabras alquiler. O arrendamiento. Y nadie, nadie en la época las utiliza. Pero, oh arte de la prestimancia!, los autores de este libro talmúdico, nada por aquí, nada por allá, ¿,dónde esta el garbanzo, que dijo Curro y tenía un golondrino?, ellos hablan de arrendamiento. ¿Dónde está el contrato? Ya saben, la guerra ... la bomba ... el traslado ... las riadas ... (...)
Efectivamente, no fue un contrato de arrendamiento, sino de cesión del mismo durante 10 años, es decir, posesión a favor del equipo bético por parte del pueblo de Sevilla, en contrapartida del mantenimiento del mismo, incluidas las obras de remodelación casi con toda seguridad, ya que estaban aprobadas unas obras para noviembre de ese mismo año. Solo tendrían que enseñarnos el contrato que se firmó, aunque me da la sensación de que no podrán mostrarlo. Ya saben eso de que una bomba destruyó la sede bética de la calle Bilbao, destruyendo toda la documentación y los trofeos...
Ya veremos.
En 1936 nunca llegaron a ocupar el estadio de la Exposición, debido a la descomposición del club y del equipo por su crisis económica y a que -para colmo- llegó la guerra, eso sí. El régimen franquista decidió mantener el contrato en su inauguración en 1939 cuando el club volvió a formarse, pero el moderno Discóbolo nos habla de “reapertura del magnífico estadio de Heliópolis”.
Pero claro, algo que nunca antes se abrió e inauguró por parte del equipo bético, no se puede “reabrir”, aunque en 1936 publicaron en la prensa el precio de los abonos , pero no llegaron a poner un pie allí.
La prensa de la época no tiene ni idea de “reapertura” y habla de “inauguración”:
Obsérvese como el periodista entrecomilla el determinante posesivo "su". Otro detalle este que siempre se les “olvida” es de quién inauguró el estadio, que a partir de aquel momento parece ser que comenzó a llamarse estadio municipal de Heliópolis, aunque un “olvido” lo puede tener cualquiera. Eso sí, no se les olvida que ganaron al Sevilla FC por 1-2, cosa que asumimos y no escondemos porque no nos da vergüenza perder un partido con el eterno rival, como así perdimos cuando inauguramos el estadio de Nervión frente al equipo bético.
Otro pase de magia y de prestidigitación es cuando habla de la destrucción del gol norte del estadio para que entrasen las tropas fascistas italianas a hacer maniobras dentro del estadio de la exposición. Veamos que dicen Martialay y Salazar de esto:
(...) Heliópolis seguía siendo del Ayuntamiento. Con una cesión graciosa. Y el Ayuntamiento, presionado por las circunstancias bélicas, alojó allí al Estado Mayor italiano -que tiró tabiques, organizó oficinas y dependencias, con arreglo a sus necesidades- y a una Unidad de Caballería mecanizada cuyos vehículos blindados se aposentaron en el césped. No, no fue un deseo de jorobar al Betis, sino una necesidad de guerra que se le planteó al Ayuntamiento y éste lo resolvió con sus propios bienes y recursos.
Ahora bien, ¿cómo estaba Heliópolis? Por los reportajes gráficos citados, hecho una ruina. Hay, quizá, que reiterarlo para que no pase inadvertido: La cancha llena de hoyos e irregularidades de un palmo de profundidad o altura -según zonas- aquí calva, allá llena de cicutas y zurrón de pastor -"capsela bursa pastoris", es su nombre técnico, no vaya alguno a creer que había bolsas de trashumantes de merinas. Los muros de mampostería con derribos parciales, las alambradas caídas en grandes extensiones ... Y, nadie le había metido mano todavía. La cesión se hizo el 16 de julio. dos días antes del Alzamiento.
Hay constancia del permiso para unas obras en noviembre ... ¿no sería para que los italianos pudieran entrar en ese vertedero en el que estaba convertido Heliópolis?
Cuando empezó a jugarse al fútbol, el Sevilla les cedió Nervión. Lo compartían ambos equipos. NO, no, el Betis no tuvo problema de campo. Y sólo en un par de partidos jugó en el Patronato (contra el Sevilla ambos, el 5 de julio y el 26 de septiembre de 1937). La falta de Heliópolis no les dejó inactivos en el dique seco; amistosos y Campeonatos Regionales los jugaron normalmente en El Nervión.
Y el campo fue arreglado. Seguramente el Ayuntamiento corrió con todos los gastos. Cómo quedó de coqueto pueden verlo. quienes tengan curiosidad en el semanario "Marca" número 4, de fecha 11 de enero de 1939(...)
Recapitulemos.
Nos hablan cansinamente de la destrucción del gol norte y lo sueltan así, como quien no quiere la cosa, cuando probablemente solo se tiró una tapia del mismo para que pudiesen entrar los carros de combate y similares, no obstante el campo ya estaba en un estado lamentable antes y tras la entrada de las tropas italianas más. Aún así es el Ayuntamiento el que lo arregló y les dejó el estadio prácticamente como nuevo. Según el contrato anterior y que se les respetó, debían afrontar las obras, pero no se hicieron cargo de ellas. Alguien tenía mucho interés en reflotar al equipo bético y visto el episodio de su afición...
Nos cuenta el insigne prestidigitador bético que el Patronato desapareció, cuando en realidad fue cedido a la Federación Cultural Deportiva Obrera y aún así el Betis jugó un par de partidos durante la guerra, seguramente a beneficio del ejército o los comedores de flechas.
¿Recuerdan?, ¿quién pudo escapar al fascismo? Aún así, mientras tanto, el Sevilla FC les cede Nervión para que puedan cumplir con su compromisos, (¿no éramos "los fascistas" quiénes queríamos destruir el beticismo?)
Dicen que su secretaría en la calle Bilbao queda completamente destrozada y se quedan prácticamente sin jugadores...
(continuará)
Cual mago en los mejores tiempos de la magia, nos encontramos a algún interesante personaje que habla de esto de la historia, como no, desde la óptica bética más victimista y recalcitrante. Como no podía ser de otra manera, omitiendo datos, o dando un “pequeño” sentido distinto a las palabras para que no parezcan lo que son.
Abrakadabra.
Les presento a un tal "Discóbolo", (este no es Gil Gómez Bajuelo, aunque no tiene nada que envidiarle) y un documento publicado en internet, que titula “Los pilares de la tierra” referido a los estadios béticos. En concreto leemos un apartado que lo dedica al estadio de la Exposición, hoy remodelado y llamado Manuel Ruiz de Lopera:
(...)Viajamos ahora a 1936. Un año después de proclamarse Campeón de Liga, el Betis Balompié se ve inmerso no solo en una brutal crisis económica que se salvará gracias a la implicación del beticismo, sino además en la obligación de marcharse del Patronato. Una situación que confluye con el interés del Ayuntamiento Hispalense en la marcha del club verdiblanco al infrautilizado Estadio de la Exposición. Como consecuencia, el 16 de Julio de 1936 los máximos mandatarios municipales y del club proceden a la firma del contrato de arrendamiento del recinto heliopolitano.
Dos días más tarde se escribirá otro de los capítulos de la singular historia bética: en el ABC de Sevilla, página de deportes, un anuncio detalla los precios de los abonos en el nuevo Estadio y la forma de adquirirlos. Ese mismo día, el inicio de la Guerra Civil se lleva por delante la Secretaría del Real Betis Balompié, situada en la esquina de la calle Bilbao: un proyectil dirigido al Gobierno Civil destroza su fachada, puerta y ventanas. Un hecho que no será más que el preludio del desmantelamiento institucional, social y deportivo que sufrirá el club.
Durante tres años, el Betis Balompié sobrevive prácticamente sin jugadores, sin Secretaría... y sin terreno de juego. El Patronato ya había sido levantado y su Estadio de la Exposición es destinado a “necesidades de la guerra”. Convertido en cuartel general del CTV (Corpo di Truppe Volontarie, los “camisas negras” de Mussolini) el terreno de juego se llena de tanques y carros blindados, la pared del gol norte se derriba por completo y en el centro del terreno se levanta un paredón que es utilizado como picadero. Habrá que esperar al 14 de Marzo de 1939 para asistir a la “reapertura del magnífico Estadio de Heliópolis”, saldada con una victoria ante el eterno rival(...)
Cualquiera que lo lea hasta puede hasta llegar a creérselo ¿verdad? De hecho hay mucha gente que se cree esto a pies juntillas y con una fe fuera de lugar. Atención, gran momento de prestidigitación:
Curiosa la versión de la crisis económica justo antes de la guerra, (este detalle lo omite y parece que es la guerra la culpable de los males verdiblancos), donde nos habla de: “salvación gracias a la implicación del beticismo”, cuestión esta que choca frontalmente con lo que expusimos en el anterior post, donde Félix Martialay nos habla de la “huída” de más de la mitad de los socios béticos cuando se les pide arrimar el hombro para salvar a su club con una cuota extra. Curioso ¿verdad?
Otro detalle que parece que se le “olvida” al nuevo Discóbolo, es el de la referencia al contrato de arrendamiento del estadio. Hombre!, dicho así hasta puede parecer que se lo alquilaron, pero presten atención a este otro vocablo:
Cesión
(Del lat. cessĭo, -ōnis).
1. f. Renuncia de algo, posesión, acción o derecho, que alguien hace a favor de otra persona.
Veamos que dicen Martialay y Salazar sobre esto en su libro “Las grandes mentiras del fútbol español”:
(...)Hay pues que considerar que las modalidades de "la cesión" fueron algunas de las dos primeras. Si no, se hubieran empleado las palabras alquiler. O arrendamiento. Y nadie, nadie en la época las utiliza. Pero, oh arte de la prestimancia!, los autores de este libro talmúdico, nada por aquí, nada por allá, ¿,dónde esta el garbanzo, que dijo Curro y tenía un golondrino?, ellos hablan de arrendamiento. ¿Dónde está el contrato? Ya saben, la guerra ... la bomba ... el traslado ... las riadas ... (...)
Efectivamente, no fue un contrato de arrendamiento, sino de cesión del mismo durante 10 años, es decir, posesión a favor del equipo bético por parte del pueblo de Sevilla, en contrapartida del mantenimiento del mismo, incluidas las obras de remodelación casi con toda seguridad, ya que estaban aprobadas unas obras para noviembre de ese mismo año. Solo tendrían que enseñarnos el contrato que se firmó, aunque me da la sensación de que no podrán mostrarlo. Ya saben eso de que una bomba destruyó la sede bética de la calle Bilbao, destruyendo toda la documentación y los trofeos...
Ya veremos.
En 1936 nunca llegaron a ocupar el estadio de la Exposición, debido a la descomposición del club y del equipo por su crisis económica y a que -para colmo- llegó la guerra, eso sí. El régimen franquista decidió mantener el contrato en su inauguración en 1939 cuando el club volvió a formarse, pero el moderno Discóbolo nos habla de “reapertura del magnífico estadio de Heliópolis”.
Pero claro, algo que nunca antes se abrió e inauguró por parte del equipo bético, no se puede “reabrir”, aunque en 1936 publicaron en la prensa el precio de los abonos , pero no llegaron a poner un pie allí.
La prensa de la época no tiene ni idea de “reapertura” y habla de “inauguración”:
Obsérvese como el periodista entrecomilla el determinante posesivo "su". Otro detalle este que siempre se les “olvida” es de quién inauguró el estadio, que a partir de aquel momento parece ser que comenzó a llamarse estadio municipal de Heliópolis, aunque un “olvido” lo puede tener cualquiera. Eso sí, no se les olvida que ganaron al Sevilla FC por 1-2, cosa que asumimos y no escondemos porque no nos da vergüenza perder un partido con el eterno rival, como así perdimos cuando inauguramos el estadio de Nervión frente al equipo bético.
Otro pase de magia y de prestidigitación es cuando habla de la destrucción del gol norte del estadio para que entrasen las tropas fascistas italianas a hacer maniobras dentro del estadio de la exposición. Veamos que dicen Martialay y Salazar de esto:
(...) Heliópolis seguía siendo del Ayuntamiento. Con una cesión graciosa. Y el Ayuntamiento, presionado por las circunstancias bélicas, alojó allí al Estado Mayor italiano -que tiró tabiques, organizó oficinas y dependencias, con arreglo a sus necesidades- y a una Unidad de Caballería mecanizada cuyos vehículos blindados se aposentaron en el césped. No, no fue un deseo de jorobar al Betis, sino una necesidad de guerra que se le planteó al Ayuntamiento y éste lo resolvió con sus propios bienes y recursos.
Ahora bien, ¿cómo estaba Heliópolis? Por los reportajes gráficos citados, hecho una ruina. Hay, quizá, que reiterarlo para que no pase inadvertido: La cancha llena de hoyos e irregularidades de un palmo de profundidad o altura -según zonas- aquí calva, allá llena de cicutas y zurrón de pastor -"capsela bursa pastoris", es su nombre técnico, no vaya alguno a creer que había bolsas de trashumantes de merinas. Los muros de mampostería con derribos parciales, las alambradas caídas en grandes extensiones ... Y, nadie le había metido mano todavía. La cesión se hizo el 16 de julio. dos días antes del Alzamiento.
Hay constancia del permiso para unas obras en noviembre ... ¿no sería para que los italianos pudieran entrar en ese vertedero en el que estaba convertido Heliópolis?
Cuando empezó a jugarse al fútbol, el Sevilla les cedió Nervión. Lo compartían ambos equipos. NO, no, el Betis no tuvo problema de campo. Y sólo en un par de partidos jugó en el Patronato (contra el Sevilla ambos, el 5 de julio y el 26 de septiembre de 1937). La falta de Heliópolis no les dejó inactivos en el dique seco; amistosos y Campeonatos Regionales los jugaron normalmente en El Nervión.
Y el campo fue arreglado. Seguramente el Ayuntamiento corrió con todos los gastos. Cómo quedó de coqueto pueden verlo. quienes tengan curiosidad en el semanario "Marca" número 4, de fecha 11 de enero de 1939(...)
Recapitulemos.
Nos hablan cansinamente de la destrucción del gol norte y lo sueltan así, como quien no quiere la cosa, cuando probablemente solo se tiró una tapia del mismo para que pudiesen entrar los carros de combate y similares, no obstante el campo ya estaba en un estado lamentable antes y tras la entrada de las tropas italianas más. Aún así es el Ayuntamiento el que lo arregló y les dejó el estadio prácticamente como nuevo. Según el contrato anterior y que se les respetó, debían afrontar las obras, pero no se hicieron cargo de ellas. Alguien tenía mucho interés en reflotar al equipo bético y visto el episodio de su afición...
Nos cuenta el insigne prestidigitador bético que el Patronato desapareció, cuando en realidad fue cedido a la Federación Cultural Deportiva Obrera y aún así el Betis jugó un par de partidos durante la guerra, seguramente a beneficio del ejército o los comedores de flechas.
¿Recuerdan?, ¿quién pudo escapar al fascismo? Aún así, mientras tanto, el Sevilla FC les cede Nervión para que puedan cumplir con su compromisos, (¿no éramos "los fascistas" quiénes queríamos destruir el beticismo?)
Dicen que su secretaría en la calle Bilbao queda completamente destrozada y se quedan prácticamente sin jugadores...
(continuará)
PD.- Esto es lo que dicen Martialay y Salazar, aquellos a los que tanta fe les tienen algunos, aunque ya veremos si tienen razón o no.
cornelio dijo...
ResponderEliminarSegún lo cuenta el ilusionista, parece que el Betis le hace un favor al Ayuntamiento yéndose al Stadium.
Os "cedo" algunos recortes de prensa de la época.
Declaraciones del Secretario del Betis, Francisco Fernández, en una entrevista al periodista Antonio Cantos. 13 de mayo de 1936. Correo de Andalucía:
(para ayudar a paliar la difícil situación económica del Club)
“se consideraría premisa necesaria -al igual que el traspaso de jugadores importantes– marchar hacia un nuevo espacio deportivo, más moderno y con mayor cabida, en el que tal vez se pudieran realizar otras disciplinas deportivas, para así “popularizar el fútbol y todos los deportes, llegando hasta la masa.”
El 1 de julio, ABC:
“Ayer, la Directiva Bética guió una visita oficial al Estadio, con el objeto de trazar las obras que se han de realizar seguidamente, con el fin de poner al hermoso Campo en condiciones para la celebración de los partidos.”
2 de julio de 1936, anuncio en un recuadro, ABC:
“Betis Balompié Aviso.
Cedido el Estadio de la Exposición a esta Sociedad, se pone en conocimiento del público que a partir de esta fecha y hasta el 15 próximo, admiten inscripciones de socios supernumerarios...”
17 de julio de 1936, ABC:
“La cesión del Estadio al Real Betis Balompié
En el despacho de la Alcaldía quedó legitimada ayer la cesión hecha por el plazo de 10 años al Club futbolista Betis Balompié, del gran Estadio situado en La Palmera.”
Esperamos ansiosos la continuación amigo carlos...
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