EL VENDEDOR DE TEMPESTADES
El afrancesado ilustrado necesita camaleonizarse permanentemente para poder expandir sus teorías ultras. Un blog por aquí, una web que desaparece por allá, en un foro bajo un nick fúnebre, un libelo digital insufrible, una aparición televisiva lamentable…
Rehúye el debate porque sabe que lo tiene perdido y nunca se enfrentará públicamente a quien sabe de esto. Necesita urgentemente encontrar evidencias que afirmen sus teorías y no evidencias que construyan la Historia tal y como ocurrió. Regurgita bajo seudónimos sus insidias sobre el Sevilla FC con nocturnidad evidente, bajo una capa negra que tapa su cara, dejando por donde pasa su inconfundible impronta de color odio.
Él ya sabe a ciencia cierta que el Recreativo de Huelva no es el decano del fútbol español. Lo ha visto con sus propios ojos amargamente y hace ya tiempo que lo descubrió. Su huída hacia adelante intentando arrojar sus mentiras sobre el mejor y más laureado club de Andalucía de todos los tiempos, es directamente proporcional a la voluntad de sus estudiosos para darle la estocada intelectual más pronto que tarde, con todos los papeles y toda la documentación encima de la mesa, aquellos documentos que guardas celosamente y que no publicaste como si nadie los llegase a ver, pero lo inexorable es ya tangible.
Sus técnicas de marketing de poco le valdrán y sus enrevesados juegos de palabras, queriendo hacer ver a los demás lo inexistente, tienen sus días contados, porque cada día te conocemos más.
Solo eres un vendedor. Un buen enajenador capaz de vender vientos que se convertirán en tempestades contra tu propio club que nunca te lo perdonará. Un vendedor capaz de convencer a aquellos que te prestaron el aval, a esos pobres ilusos a los que no se lo devolverás, porque tu crédito es ya pírrico, y ante los que estaremos expectantes para ver cómo salen del paso.
Ellos ya lo saben también. Alguno se dio cuenta a tiempo.
Un buen día te salió un grano en el culo, querido amigo afrancesado ilustrado, lo siento por ti.
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