NO CONTAMOS HISTORIAS, ESCRIBIMOS LA HISTORIA.
Hay a quien pueda molestarle lo que pueda escribir en este blog, aunque es muy posible que se detenga en las formas, (puede ser llamativo sin duda), pero quizás no se detenga en el fondo, que es lo verdaderamente importante. Hace unos días tuvo lugar la presentación de un libro que habla sobre los primeros pasos de un club andaluz. A los que nos gustan estas cosas estuvimos atentos al evento, por los descubrimientos en sí mismos y especialmente observamos el tratamiento de los datos, su rigurosidad y la fundamentación de las teorías expuestas.
Me llamó la atención cómo un documento verdaderamente nimio, vacío de contenido y sujeto a una interpretación peregrina, tenía un valor enorme para quien lo expuso y era piedra angular sobre la que se asentaba una especie de "verdad" casi indiscutible.
Y viene al caso porque los investigadores sevillistas tenemos claro que hasta que no aparezcan todos los documentos que puedan demostrar una teoría, no vamos a afirmar nada categóricamente y aún así nos lo pensaremos dos veces. Algo, por otro lado, muy raro en muchos investigadores sobre otros clubes españoles, en los que cualquier indicio por lejano que parezca se convierte en verdad absoluta sin que nadie, absolutamente nadie, les haga ni tan siquiera un observación.
Pero es curioso cómo los sevillistas debemos "luchar y pelear" a cada paso que damos, debatir cada documento encontrado, explicar hasta límites insospechados cada letra al que se le puede dar un sentido u otro dependiendo del que tengamos al frente. Estamos sujetos a estar observados con lupa, escudriñados, excrutados al máximo y aunque dejemos sin argumentos en contra a quiénes intentan desmentir todas estas cosas, (si verdaderamente tenemos razón), nos miran con cara de desconfianza, agazapados, observando dónde podemos fallar a cada momento y en cada instante.
Puede parecer una apreciación paranoide, pero tan solo deben mirár atrás un poco en algunos de los post escritos en este blog para que se den cuenta de que incluso hemos recibido insultos por parte de investigadores de otros clubes, incluso el desprecio de algunos de los llamados "historiadores nacionales".
No solo tenemos por delante un trabajo que es laborioso y que es necesario echarle muchas horas. Lo que deberia ser un orgullo para todos por encontrar cosas, se convierte en algo tedioso y desalentador por la forma en que tenemos que hacerlo y tan solo nuestro sevillismo nos lleva a hacerlo con ilusión, intentando divertirnos al máximo, aunque todo tiene un límite.
Hace unos años tuvimos que soportar calladamente una serie de improperios que rozaban el insulto, que si bien puede ocurrir con personas que tan solo son fieles a sus colores y no quieren oír ni saber si pudiese ser verdad o no, personajes que realmente nos importan un pito e incluso me parecen divertidos, se dio exactamente igual en personas que saben el trabajo que cuesta investigar y sacar a la luz estas cosas porque se dedican a ello. Eso es harina de otro costal.
En las páginas de presentación de un libro a principios de 1907, cuyo único objetivo era desmentir cualquier teoría existente sobre el posible nacimiento del Sevilla FC en 1890 e intentar dejar en ridículo a los historiadores sevilistas, pudimos leer estas letras de una persona que significa algo en estos asuntos:
Me llamó la atención cómo un documento verdaderamente nimio, vacío de contenido y sujeto a una interpretación peregrina, tenía un valor enorme para quien lo expuso y era piedra angular sobre la que se asentaba una especie de "verdad" casi indiscutible.
Y viene al caso porque los investigadores sevillistas tenemos claro que hasta que no aparezcan todos los documentos que puedan demostrar una teoría, no vamos a afirmar nada categóricamente y aún así nos lo pensaremos dos veces. Algo, por otro lado, muy raro en muchos investigadores sobre otros clubes españoles, en los que cualquier indicio por lejano que parezca se convierte en verdad absoluta sin que nadie, absolutamente nadie, les haga ni tan siquiera un observación.
Pero es curioso cómo los sevillistas debemos "luchar y pelear" a cada paso que damos, debatir cada documento encontrado, explicar hasta límites insospechados cada letra al que se le puede dar un sentido u otro dependiendo del que tengamos al frente. Estamos sujetos a estar observados con lupa, escudriñados, excrutados al máximo y aunque dejemos sin argumentos en contra a quiénes intentan desmentir todas estas cosas, (si verdaderamente tenemos razón), nos miran con cara de desconfianza, agazapados, observando dónde podemos fallar a cada momento y en cada instante.
Puede parecer una apreciación paranoide, pero tan solo deben mirár atrás un poco en algunos de los post escritos en este blog para que se den cuenta de que incluso hemos recibido insultos por parte de investigadores de otros clubes, incluso el desprecio de algunos de los llamados "historiadores nacionales".
No solo tenemos por delante un trabajo que es laborioso y que es necesario echarle muchas horas. Lo que deberia ser un orgullo para todos por encontrar cosas, se convierte en algo tedioso y desalentador por la forma en que tenemos que hacerlo y tan solo nuestro sevillismo nos lleva a hacerlo con ilusión, intentando divertirnos al máximo, aunque todo tiene un límite.
Hace unos años tuvimos que soportar calladamente una serie de improperios que rozaban el insulto, que si bien puede ocurrir con personas que tan solo son fieles a sus colores y no quieren oír ni saber si pudiese ser verdad o no, personajes que realmente nos importan un pito e incluso me parecen divertidos, se dio exactamente igual en personas que saben el trabajo que cuesta investigar y sacar a la luz estas cosas porque se dedican a ello. Eso es harina de otro costal.
En las páginas de presentación de un libro a principios de 1907, cuyo único objetivo era desmentir cualquier teoría existente sobre el posible nacimiento del Sevilla FC en 1890 e intentar dejar en ridículo a los historiadores sevilistas, pudimos leer estas letras de una persona que significa algo en estos asuntos:
Con los datos en la mano hoy se demuestra que esto no es así. Hemos omitido el nombre del autor y de quien firma dicha presentación del libro, (que cometió un error de bulto sin duda por su parcialidad evidente), pero ellos lo leerán y sabrán que nos referimos a ellos. Como pueden comprobar el tono no difiere en nada, ni se diferencia de cualquier post en tono irónico que podamos escribir. En este caso casi roza el insulto pues se nos acusa de mentirosos.
El otro día vimos, en el post al que me refería antes, cómo pruebas verdaderamente peregrinas tenían un valor incalculable para la historia. Pero una carta que escribe un señor a su homólogo de Huelva, contándole con pelos y señales qué son, qué hacen a qué se dedican tiene un valor nimio para ellos.
Y estoy completamente seguro que el autor de esa presentación no preguntó previamente a los investigadores sevillistas sobre sus trabajos en ese sentido, porque de haberlo hecho se habría recatado un poco y habría escrito otra cosa con seguridad y no le habría pedido a otros que escribieran lo que escribieron en otras presentaciones del mismo libro. Afortunadamente alguno se dio cuenta de la pifia y no avaló otros libelos futuros.
Aguantamos el tipo en su momento, con la elegancia debida, pero llega el momento en que todo debe situarse en su lugar.
Nosotros no contamos historias, escribimos sobre la Historia.
Saludos.
ResponderEliminarComprendo que usted se contenga a la hora de nombrar al autor del libro pero yo no tengo necesidad de ello.
El libro de Balmont fue presentado con argumentos traídos por los pelos, sin el menor rigor científico y avalado por "historiadores" más movidos por amistad que por ciencia.
Si toda la fuerza de sus argumentación es la traducción exacta de la palabra "club" y su valor en el tiempo y la sociedad en que se escribió, el resto puede ser obviado sin remordimientos.
Cuídate.
Esa estrategia del calamar ya la conocemos solo que ahora la tinta es azul.
ResponderEliminarTiene miedo. Está huyendo. Tiene prisas y la prisas no son buenas.
Su estrategia pasará de ser la del calamar a ser la del avestruz, si encuentra un agujero donde esconder la cabeza.
Hola Carlos sigo los pasos de la investigación desde hace tiempo,y me siento orgulloso de que haya Sevillistas con esta capacidad de sacrificio que escudriñan en el pasado para conocer mejor lo que somos y de donde venimos,muchas gracias por vuestra labor para todo el Sevillismo.
ResponderEliminarGracias a usted por su paciencia al leernos.
ResponderEliminarUn saludo.