EL GUSTO POR EL BUEN FÚTBOL
Por Carlos Romero
Mi equipo perdió ayer, pero yo disfruté con mi equipo. Esto podría ser un mini-blog tipo Twitter y acabarlo aquí, (por cierto, tengo Twitter y cada día que pasa me gusta más), pero desarrollaré un poco más mi pensamiento en este sentido por respeto a mis lectores.
Veo con disgusto en algún que otro escrito internauta expresar la “teoría resultadista” hasta la saciedad, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid para apostillar oportunistamente. Y es que en algún sitio debe estar la diferencia, que por si no se han dado cuenta, el “Sevilla grande”, el de los títulos, el que nos llevó a la gloria, jugaba como los ángeles y no nos referimos sólo al Sevilla contemporáneo, sino al eterno Campeón de Andalucía de todos los tiempos.
Y al que no le guste el buen fútbol, en la ciudad hay otras alternativas, permítanme la broma, o bien apuntarse a caballo ganador en pos del catetismo nacional con el FC Barcelona o Real Madrid. Esta es la Sevilla futbolista y aquí hay que mamar.
Soy poco taurino, pero el símil me viene de perlas. Al toro se le termina matando siempre, pero la faena es fundamental en todo esto, es la esencia del sevillista. El aficionado de Nervión gusta de buen fútbol y recriminarle que lo exija es como pretender que el campo no tenga flores.
"Hay que seguir así, jugando igual de bien sumaremos puntos, seguro. La imagen que está dando el equipo en los últimos partidos está siendo muy positiva". Kanouté.
Pero esto es algo que hay que analizar con perspectiva y no con ello quiero decir que estoy contento con que hayamos perdido, nada más lejos de la realidad, pero si tenemos un equipo que aburre hasta las ovejas, aunque gane, no exijamos una algarabía en la grada, porque buen fútbol y resultados andan de la mano. No es lo mismo conseguir una buena clasificación en la tabla que ganar títulos, unos detrás de otros. Y esto es lo que no comprenden los que ahora se acuerdan de Jiménez en cuanto al resultadismo.
Soy consciente del fino equilibrio que existe entre el resultado y el buen juego. No es nada fácil de conseguir y afinar en esto, pero no es lo mismo vivir el fútbol en la ‘Fábrica de sueños’ y arrancar óles que salen del alma y que llevan al equipo a más cada vez, que estar escuchando al señor del altavoz de los Biris intentando arengar a los Guardianes de Nervión, que incluso bajan una nota musical cuando el equipo se arrastra por el terreno de juego.
Goles son amores, pero en una orilla de Sevilla, la faena, el tarro de las esencias, hay que destaparlo además.
Si nuestro equipo juega como ayer, los resultados llegarán y solo así será posible llegar y apuntar muy alto en los objetivos.
Se puede decir más alto, pero no más claro.
ResponderEliminarSi se juega bien, aunque se pierda, no pasa nada, se acabará ganando, puesto que se divierten tanto la grada como los jugadores. El estado anímico se eleva.
Si se juega mal, aunque se gane, se acabarán aburriendo tanto la grada como los jugadores, por lo que al final los partidos serán tan tediosos que se acabarán perdiendo. Cuanto peor es el juego peor es el ánimo, peores resultados, y cada vez se jugará peor y habrá menos ánimo.
Y no tiene más complicaciones el asunto. Yo con Jiménez me alegraba con los resultados buenos, pero me amargaba ver el fútbol. Ayer disfruté, salvando la derrota, como un enano.
Si tan sólo la defensa funcionara medianamente bien... ains...
Totalmente de acuerdo, Carlos. Yo, además de sevillista, soy amante del fútbol, del buen fútbol. No me gusta ir a las gradas del Sánchez-Pizjuán a aburrirme, algo que viene ocurriendo últimamente en demasiadas ocasiones. Está claro que quiero que mi equipo gane... y si es por dos goles mejor que por uno, pero quiero disfrutar con el juego que despliegue; no me basta con ganar y aburrirme como una ostra o estar sufriendo hasta el último minuto.
ResponderEliminarYo tampoco soy resultadista, pero sí sevillista :-)
Saludos.
Juro que no he leído este post antes de publicar el mío. Entendemos lo mismo, el Sevilla debe ser lo que ha sido siempre, lo que le gusta a su gente.
ResponderEliminarTengo las yemas de los dedos gastadas en mi foro con debates (y alguna que otra peleilla) sobre este tema, y no hay manera mejor de haberlo sintetizado tan nítidamente.
ResponderEliminarGrandísima bofetá sin manos, enorme Carlos.
Saludos.
ResponderEliminarExcelente reflexión, D. Carlos.
Tuve el privilegio de contemplar éste partido a su lado y disfrutarlo como usted.
Sin embargo, dos cosas me dolieron: el resultado, a todas luces injusto, y la grada medio vacía.
Los portugueses casi que cantaban más y más alto que los Biris. Eso resulta chocante.
Medio campo lleno era impensable hace bien poco. No llenar el Estadio para un partido de ése calibre es... culpa de alguien.
Si de verdad queríamos abarrotar el Sánchez-Pizjuan, debimos haber hecho un esfuerzo y abaratar las entradas hasta el nivel de la situación social, es decir, con precios de crisis.
Un Estadio hasta la bandera es el jugador número doce, no lo olvidemos.
Y vivimos momentos en que necesitamos con urgencia ésa ayuda.
Vamos, no obstante, a tener fe, como buenos sevillistas que somos.
Cuidaros.
El Sevilla fue mejor que el Oporto y contra eso no hay resultado que valga.
ResponderEliminarEl privilegio fue mío Sr. Ariza. Me vería nervioso, suelo estarlo más, pero sé que usted no podía estarlo tanto.
ResponderEliminarPor fin se acabo la racha nefasta que mi Sevilla venia atravesando. Espero que esto sea el principo de un fin. Que los nubarrones se vayan alejando del Ramon Sanchez Pizjuan y que la ilusion que tengo en que mi equipo levante esta dificil eliminatoria ante el Oporto, se ve reforzada con la victoria de ayer, al menos està intacta. Un abrazo desde Bruselas
ResponderEliminarhttp:bruselasessevillisa.blogspot.com