EL CORPUS, WELTON Y SANITAS

Por Cornelio

Festividad del Corpus Christi. Fiesta Mayor en Sevilla.

Gracias al excelente blog el pasado de Sevilla traemos hoy una interesantísima imagen de la procesión del Corpus de 1914, en la que podemos ver la custodia de la Hermandad Sacramental de El Salvador... como diría uno que yo me sé: “ya está Cornelio con los jeroglíficos...”

Bueno vale, no vamos a hablar del sacramento de la Eucaristía, ni de procesiones, que para eso ya hay otros sitios.

Como decía, visitaba la interesante página el pasado de Sevilla cuando me encontré con esa foto. Pinché en la imagen para ampliarla y ver los detalles, y gracias a su magnífica resolución, me llevé una sorpresa, ya que en la ampliación, la imagen abrió por la esquina de las azoteas y me encontré esto:

Con mayor detalle:

Un anuncio de “JABÓN SANITAS DESINFECTANTES”.

Desgraciadamente no podemos pedirle comisión al Sr. Vizcaíno, ya que esta compañía no tiene nada que ver con el patrocinador sanitario del club, sino que se remonta mucho más atrás.

Andábamos tras la pista de Sanitas, en una de esas intrahistorias del protosevillismo que a muchos nos apasionan. Los protagonistas, los hermanos Welton, protosevillistas del XIX.

De la familia Welton nos contaron en el Voladizo de Gol Sur una curiosa historia que los ligaba con la historia de la ciudad. Hoy vamos con otra. Los hermanos Welton eran los representantes en Sevilla de tan higiénica firma.

Proveedores oficiales de las Casa Reales española y británica, promocionaban un nuevo producto y recomendaba que había lavarse a diario y que debería utilizarse a diario para desinfectar algunos espacios insalubres. Esa era la Sevilla del, ya adentrado siglo XX.

Una empresa importante, con representación en las principales ferias de muestras como lo vemos en esta imagen

Y no podía faltar la descripción de la misma:

Este era el producto, una latita de polvos desinfectantes,

y el “merchandisin” tampoco se podía olvidar: agendas, libretas, navajas y enseres llevaban la imagen de la marca

Pero si había un sitio donde no podría faltar la publicidad, ese era la mayor concentración de animales de Sevilla, donde los parásitos circulaban libremente, a no ser que allí estuviera “Sanitas” para evitarlo: la Feria.