EVOLUCIONISMO, EL MUNDO AVANZA

POR GUARDIANES DE LA MEMORIA.

“Es más fácil negar la verdad que enfrentarse a ella” (Mariano José de Larra)

La sociedad es reacia a los cambios.

Los grandes descubrimientos van acompañados de cierta dosis incredulidad.

Nuestra mentalidad se resiste a aceptar que lo que ayer era inamovible, hoy es de otra manera.

Lo que nos asusta de algunos cambios no es aceptar el hecho en sí, sino cómo influye este hecho en nuestros sentimientos. Un cambio que nos puede remenear convicciones y principios.

Gracias a Copérnico, hubo un día en que La Tierra (que para entonces ya había dejado de ser plana), comenzó a dar vueltas alrededor del sol, en lugar de hacerlo el sol alrededor de La Tierra. Conocen la historia y la opinión de sus detractores, lo grave, no era el descubrimiento astronómico, sino que el hombre dejaría de ser el centro del universo. No se trata de poder rebatir científicamente el descubrimiento, sino que no me gustan sus consecuencias.

Siglos después llegó Darwin, para decirnos que el Hombre, no era más que una especie, corrrientita, como las demás, y que por diferentes razones genéticas, o de azar, se produce la evolución de las especies. En esta caso la teoría tampoco se rebatió científicamente, esta vez el problema era tener un bisabuelo mono, lo cual era inaceptable.

Seguro que conocen más ejemplos, y que serían capaces de incrementar esta lista, no es necesario, ya es suficiente.

Tras el prudente asentamiento de la nueva idea, hoy a nadie se le ocurriría pensar que el sol da vueltas alrededor de La Tierra, ni del mecanismo de aparición del homo sapiens sapiens.

Es el riesgo de presenciar un momento en el que un descubrimiento modifica tu esquema mental, lo cómodo es aparecer en el siglo siguiente, te quitas de problemas.

Afortunadamente siempre hubo quien creyó que un descubrimiento solo era encontrar una pieza del puzle de la Humanidad, y que encajar esta era un paso hacia adelante, nunca hacia atrás.

Enrocarse en la sinrazón para negar un avance es muy fácil, siempre habrá quien, en su cortedad de miras, te aplauda.

Enfrentarse al reto de aceptar la verdad, en primera oleada, está al alcance solo de las mentes abiertas.

¡Enhorabuena a los que pertenecéis a este grupo!