OBJETIVO: GANAR AL SEVILLA FÚTBOL CLUB
A modo de resumen, acabada una temporada futbolística más en la ciudad del Guadalquivir, ese lecho fluvial que transporta la plata divina europea con más frecuencia de la que a algunos les gustaría, se hace necesario, con el tedio propio del tiempo estival, detenerse, (más bien divertirse) en ese concepto basado en chuminás, o mejor dicho, lo que antes se conocía como “liga particular”.
Para llevar a cabo una liga particular, esta debe tener como condición, al menos, la existencia de una igualdad, y se pone en liza para comprobar cómo los contendiente logran hitos que hagan tomar ventaja sobre el rival.
Pero la verdad es que nunca existió esa igualdad, el Sevilla FC superó siempre en todos los registros estadísticos posibles y durante toda la Historia, al equipo que nació para intentar hacerle sombra al eterno campeón de Andalucía, pero nunca lo consiguió. Y va más de un siglo ya.
Nuestros abuelos arrasaron a los suyos en el terreno de juego, nuestros padres hicieron lo propio, nuestra generación los ha machacado literalmente, hundiéndolos en la miseria, y sus hijos aprenden a esquivar las collejas del alma que se avecinan, maldiciendo la suerte de abrazar los colores equivocados, mor de sus ancestros, y repitiendo frases aprendidas como “pero nosotros llenamos el estadio”, o bien esa de “lo nuestro es un sentimiento”.
Decía Pedro Buenaventura, del que hemos recibido la triste noticia de su fallecimiento, (descanse en paz), que “los hijos son en un 90% como lo que ven en su casa, y los dos míos, como mis cuatro nietos, son socios del Betis desde que nacieron. No quiero que eso se deteriore a lo largo de su vida. Hay que hablarles continuamente de las virtudes nuestras y de los defectos del rival”.
Y nos gustaría decir que esto debería estar tipificado en el Código penal. No podemos inducir a unos jóvenes un maltrato psicológico, provocado por la idealización de un mundo paradisiaco de verde, para terminar descubriendo la triste realidad en forma de infierno rojo, un shock de impredecibles consecuencias y graves efectos secundarios. En realidad son tan pocas las virtudes propias y tantas las ajenas, que llegan a provocar ese cortocircuito cerebral.
Como decía alguien en Twitter, y para que se hagan una idea de este periodo de la juventud bética actual, el Betis ha necesitado desde mayo de 2006, sumun, estocada, y omega tras el toreo histórico, ocho presidentes, 20 entrenadores y seis directores deportivos, para hacer el intento de cumplir el objetivo de su existencia, es decir, ganarle al Sevilla FC.
Durante ese periodo de tiempo, el Sevilla FC los ha arrasado en los enfrentamientos domésticos directos, con dos momentos muy especiales que predominan sobre los demás; la eliminación del equipo verdiblanco que creyó por un momento que podría desbancar al equipo blanquirrojo de su competición natural, la UEFA Europa League, venciendo el primer round, para terminar mordiendo el polvo “por un penalti”, y de una forma dolorosa, pues lo celebraban de antemano.
Terminaron por bajar a Segunda División. La otra, huelga decirlo, aquel 5 a 1 en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en el que temblaron los cimientos del estadio sevillista, y cómo no, los del club de la Palmera al mismo tiempo, pero por el motivo contrario. Obviaremos eliminaciones de copa, y otras tantas victorias con el rancio regusto de tiempos inmemoriales. A este ritmo, el Benito Villamarín puede convertirse en breve en el feudo donde el equipo visitante, el Sevilla FC, puede llegar a tener más victorias que derrotas.
Lo podemos decir de otra manera, en consecuencia, las victorias sevillistas quitan y ponen presidentes, entrenadores, y directores deportivos.
Este pensamiento, y esa obsesión de que lo importante es ganarle al Sevilla FC, no es algo del pasado, esta misma semana hemos podido comprobarlo una vez más.
Es algo incluso más importante que ganar la Liga, dice el flamante entrenador bético, por si alguien piensa que nos inventamos algo. Todo está documentado. Setién sabe perfectamente que su continuidad pasa por ganarle al Sevilla FC, pase lo que pase en el resto de la temporada, no importa, el objetivo estaría cumplido. Que le pregunten a Torrecilla, director deportivo que ha “salido por patas”, y sin mirar atrás, su pecado: no ganar al Sevilla FC como motivo principal durante su gestión.
Los efectos en la psiquis colectiva, o efectos secundarios de los que hablamos anteriormente, no dejan de manifestarse. Poner su himno en bucle a la afición sevillista cuando les visita; echar productos de fuerte olor en el vestuario visitante; cerrar la cancela de acceso al césped verdiblanco, para que los jugadores sevillistas no saluden a su afición tras las continuadas victorias; o bien impedir mediante artimañas que la afición sevillista pueda acudir al estadio bético a apoyar a su equipo, como ha sucedido esta temporada pasada poniendo las obras de gol sur como excusa. Pero ni aun así, volvimos a ganar y a humillarles.
Un compendio de frustración, la búsqueda de eso que ahora llamamos “post verdades” o nuevos hitos imaginarios que compensen las enormes distancias, y puesta en marcha del enésimo proyecto para volver a intentarlo. Que Catalán haga ver nuevamente a sus amigos sevillistas la que se les avecina, y vislumbrar sesudamente la forma en que Nervión no ponga nuevamente otra pica en sus lugares sagrados, es lo único que les queda, a la espera de algún bache del equipo blanquirrojo que les permita arañar algo.
Esta temporada ni siquiera fueron capaces de presumir del hito moral de la asistencia al estadio. Veremos cuando tengan esa grada de gol sur, si son capaces de llenarlo, o bien hasta qué punto son capaces de tirar el precio de los abonos por los suelos, (la carga económica de los abonos sevillistas duplica a los de los béticos). Comprobamos las estadísticas oficiales de la Liga de Fútbol Profesional, sin contar otras competiciones.
Y por si fuese poco, el Sevilla FC ha logrado ser ya un equipo de talla, no solo europea, sino mundial. Todos los rankings más prestigiosos lo sitúan en el top ten de mejores equipos mundiales, volviendo a estar nuevamente clasificado para la UEFA Champions League.
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