Seguimos ampliando en cuanto tenemos datos, todo aquello relacionado con nuestros estadios antiguos, en este caso, sobre el ‘Campo de sport del Sevilla FC’ sito en la Avenida de la Reina Victoria. No se lo pierdan porque hay detalles verdaderamente deliciosos y que captan en algunos casos la esencia sevillista.
Debido a las obras de reurbanización que el Ayuntamiento de Sevilla debía realizar en el Prado de San Sebastián, el club sevillista debió abandonar lo que hoy conocemos como el “Campo del Mercantil”. El Sevilla FC, por lo tanto, se vio obligado a buscar nuevo emplazamiento y aunque ya en aquella época, 1918, parece ser que encontró unos terrenos en Nervión, justo donde se halla el antiguo Matadero y hoy es Delegación de Educación de la Junta de Andalucía, aunque finalmente, como podremos comprobar, eligió otra opción que podría haber generado cierta polémica por cuestiones que veremos más adelante.
El estadio Reina Victoria se inaugura el 21 de Octubre de 1918. Se construye gracias a la petición del presidente Paco Alba a la Marquesa de Esquivel, Dña. María del Pilar de Carvajal Hurtado de Mendoza, para arrendar parte de unos terrenos que tenía la marquesa en la finca “Casablanca”, situada al pié del paseo de la Palmera, gracias a la colaboración de Manuel de Medina y Carvajal, hijo de esta señora y que logró el título de ‘Marqués de Esquivel’ el 12 de abril de 1916, que terminó siendo directivo del Sevilla FC. Este es de los muy pocos directivos con título aristocrático con los que ha contado el Sevilla FC a lo largo de la Historia.
El marqués era un gran aficionado al fútbol y muy sevillista, logrando convencer a su madre para que el alquiler no resultara muy gravoso, fijándose la cantidad anual de 2.000 pesetas. Por segunda vez a lo largo de su historia, como siempre posteriormente, el club sevillista construye su estadio con fondos propios. El club pone a la venta 100 obligaciones, al precio cada una de 100 pesetas a devolver en 5 años. Los costes de la construcción del campo fueron los siguientes:
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1350 pesetas el vallado y firme del terreno de juego obra realizada por D. Manuel Domínguez.
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Se acepta la propuesta del carpintero D. José Grosso Barba que circunda el campo con bancos de madera, así como construye una pequeña tribuna de 10 metros de longitud y cuatro gradas para colocar sillas, el precio es de 6 pesetas y 75 céntimos por metro.
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Se acepta construir una caseta por valor de 3.000 pesetas presentada por el arquitecto D. Pablo Gutiérrez.
Es muy probable que las 1350 pesetas fuesen usadas en el desmontaje de la valla del anterior campo del Mercantil, su posterior montaje en la nueva ubicación, con allanamiento del terreno para la práctica footballística. Sobre la caseta que pueden ver en la siguiente foto, sirvió como vestuario, lógicamente, como casa para el guarda del campo, en un primer momento ocupada por Eduardo Santizo, padre del jugador del mismo nombre y posteriormente por Manolo Pérez, considerado el primer jugador de clase obrera que jugó en un equipo sevillano, precisamente en 1909. Fue el patriarca de la saga de los Pérez; Manolito que fue masajista del Sevilla y su hijo Domingo en las labores médicas del Club. Se nombró jefe del campo a D. Eduardo Rodríguez Blanco.
Pero la caseta no solo fue la casa del guarda y vestuario, (función principal), sino que parte de ella también fue usada como habitáculo para el Servicio médico del Club, algo novedoso en aquella época y de la que se hizo cargo el doctor Puelles de los Santos, al que ya le dedicamos un emocionante capítulo en la Palangana Mecánica. Los vestuarios alojaron por primera vez en la historia de los estadios sevillanos, fíjense, “una” ducha, según hemos podido ver en documentos de la época. Así lo podemos comprobar en la carta que Manuel Zapata, secretario sevillista, le envía al jugador Ismael, destinado en Marruecos en tiempos de guerra, cuando le tocaba hacer el servicio militar:
“…El campo ha sufrido este año buenas reformas. Pérez se ha quedado definitivamente de guarda y vivirá en el ambigú nuevo que se ha construido de material, a cuya espalda se ha hecho una habitación para que viva con su mujer e hijos.
La habitación que tenía antes será destinada a enfermería y se instalarán los mismos aparatos de masajes. El médico es Don José Puelles de los Santos. Los jugadores del primer equipo tienen su habitación con 15 perchas para sus equipos y su ducha y lavabo (...) La otra habitación está destinada a la Directiva…”
Como hemos expuesto anteriormente, reutilizaron del anterior campo situado en el Prado de San Sebastián, lo que se llamaban las famosas “tablas rojas”, tal y como podemos comprobar en la siguiente imagen, donde aparecen dichas “tablas”, más bien vallas, tras los jugadores, numeradas:
Estaba dotado de todos los elementos necesarios para la buena práctica del fútbol. Contaba con gradas en los cuatro lados del recinto, y estaba totalmente cerrado. Como se puede comprobar, cualquier parecido con una grada de hoy en día es pura coincidencia, pero ahí los tienen orgullosos, fieles y sevillistas hasta el tuétano:
No se pierdan al cobrador y al fotógrafo a la derecha. Los pequeñajos iban tomando nota y maquinando el embrión de aquello que terminaría por definirse “Biris” y “Gol Norte”, permítanme la “frivolité”. Tras la grada, podemos seguir comprobando cómo estaban colocadas las “tablas rojas”. La publicidad comenzaba a hacer su aparición y era ya una pequeña fuente de ingresos para las arcas sevillistas, que nunca fueron ricas, pero sí muy bien gestionadas, todo lo contrario que con el equipo de verde. En la siguiente imagen podemos ver otro momento en el estadio, justo el mismo lugar de la anterior foto y no me negarán la coquetería del marcador:
Un marcador donde podemos comprobar cómo el equipo local aparecía siempre en segundo lugar como forma de cortesía. De hecho, antes, si un equipo tenía que cambiar su equipación por razón de coincidencia de colores, ese era el equipo local. Para cambiar los números había que subir con la escalera y colocarlos. Gran trabajo teniendo en cuenta que en un partido se podían marcar fácilmente, entre 6 y 10 goles por partido entre ambos contendientes, por no hablar del famoso 22 a 0 de aquella época al Betis. Por lo tanto el encargado tenía su trabajera porque las goleadas eran abundantes.
El único inconveniente durante los partidos era la ausencia de ambigú, por lo que para tomar un refrigerio, en los descansos de los partidos, había que ir a más de 300 metros a un Kiosco-Venta que había al otro lado del Paseo de la Palmera, aunque como ya hemos visto, varios años después se construyó uno. La inauguración se realizó con un enfrentamiento entre el Sevilla FC y el Unión Sporting Club de Madrid. La primera temporada se establece esta lista de precios para el público:
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Tribuna: 1ª fila 10 pesetas, 2ª fila 9 pesetas, 3ª fila 8 pesetas, Fila de bancos a 5 pesetas.
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La cuota de socios pasa de 2 a 3 pesetas mensuales.
Parece ser que no dejó de estar en permanente remodelación, incluso podemos observar cómo con el tiempo se construyeron unos palquillos, imaginamos a algo parecido a lo que hoy llamamos “VIP”, tal y como podemos comprobar en la siguiente foto donde aparecen sentados varios jugadores sevillistas como Kinké o Ismael y al antiguo directivo Lafita.
Este estadio alcanzó gran fama, porque en él demostró el Sevilla FC su supremacía en el fútbol andaluz, alcanzando hasta 10 Campeonatos de Andalucía. En este estadio se juega el primer partido de la Selección Española en Andalucía, celebrado el 16 de Diciembre de 1923, ante Portugal, ganando España por 3-0 (los 3 goles de Zabala). También se produce el debut internacional de los dos primeros jugadores del Sevilla; Spencer y Herminio. El Sevilla FC fue realmente arrollador en esa época, siempre fue el grande del Sur, no es algo que nos inventemos en absoluto.
No deja de llamarme la atención que estuviese localizado en el Paseo de La Palmera, pero cuando el Sevilla FC construyó este estadio, esta avenida parece ser que no se llamaba así, sino Paseo de la Reina Victoria. Probablemente el Campo se llamase así por el nombre del Paseo. Cornelio, nos aporta la confirmación del nombre de dicho Paseo, hoy llamado "de la Palmera":
"REINA VICTORIA, PASEO DE LA” En cabildo de 28 de agosto de 1916 se acordó que el Paseo de la Palmera se llamase de la Reina Victoria, como muestra de reconocimiento a doña Victoria Eugenia de Battenberg, mujer de don Alfonso XIII, la que tantas pruebas de cariño había dispensado a Sevilla." (Santiago Montoto, Libro “Las calles de Sevilla” edición de 1940).
En cuanto a la orientación del estadio no deja de ser muy curiosa, ya que los “goles” no dan hacia el norte y al sur, (en realidad no tiene por qué ser así obligatoriamente), sino al este y al oeste, teniendo una disposición muy peculiar. El “gol oeste” daba justo al Paseo Reina Victoria. Aportamos plano de 1923, donde puede observarse en el círculo rojo la orientación exacta que el Campo tenía con respecto al mencionado Paseo:
Haz "click" en la imagen para ampliarla En 1928 fue derruido con motivo de la construcción de la Exposición Universal de 1929 y en su lugar se construyó un parque de atracciones, tal y como podemos ver por el plano de dicha Exposición.
En color naranja podemos observar dónde se situaba el estadio exactamente, (cortesía de Don Antonio Ramírez, guardián de los guardianes), en la esquina superior derecha, en el mapa, se observa el Estadio de la Exposición que se construye siguiendo el rumbo y el dictado de la Avenida. En la siguiente foto, veamos cual sería actualmente su localización hoy en día. Para ello nos hemos servido de una vista satelital:
Haz "click" en la imagen para ampliarla Estaba localizado entre la confluencia del Paseo de la Palmera, su calle paralela, la Avenida de la Raza y muy cercano al Puente de las Delicias. Justo en ese espacio hemos encontrado este edificio:
Y aquí una perspectiva desde la que se divisa el Paseo de la Palmera Justo desde el lugar donde se hallaba el campo, por cierto muy cerca de donde está la Clínica Virgen de Fátima.
Pero la cuestión polémica a la que nos referíamos al principio de este escrito, es la de porqué el Sevilla FC decidió mudarse a estos terrenos, sabiendo de la gestación en lo mismos de lo que se llamaría posteriormente la Exposición Iberoamericana celebrada en 1929. De hecho ese fue el motivo por el que se tuvo que marchar, (felizmente a la postre diría yo), pero el caso es que cuando deciden alquilar los terrenos al marques de Esquivel ya se sabía que la exposición iría allí ubicada. Tan solo estuvieron allí 10 años y el Sevilla FC debió construir un nuevo estadio, debiendo hacer de nuevo un gran esfuerzo económico.
Es muy probable que los directivos sevillistas en 1918 no diesen demasiada credibilidad a la idea de la Exposición Iberoamericana y no confiasen, debido a la escasez de efectivo y liquidez del Estado español por aquellos años, que fuese posible.
Pero yo me quedo con una foto muy especial para despedir el post. Tan solo una parte de ella me dio para otro por la expresividad de la misma y donde podemos captar toda la esencia de las personas que habitaban Sevilla por aquellos años, sus gestos, sus ropajes. etc. Todos sevillistas. Igualmente tenemos en ella a algún antepasado sin saberlo. Es una foto de otra grada del Estadio Reina Victoria y no me hubiese gustado nada estar en el pellejo del niño que está arriba a la izquierda, cuando esa masa de gente celebrase un gol. Disfrútenla.
PD.- Gracias de nuevo a la familia de Nacho Mateos por la importante documentación expuesta en este post.
PD1.- Inserto nueva imagen para distinguir el estadio del CD Puerto del Reina Victoria.